Lo que más me gusta de estar con niños es que
para ellos todo lo que viven, lo que tocan, lo que sienten es su primera vez,
una nueva experiencia que necesitan sentir con todo su cuerpo. Entonces se les
abren los ojos de par en par, su sonrisa se vuelve pícara o emocionada o de
intriga y sus manos y dedos empiezan a tocar eso que está a su alcance para
intentar tomar toda la información posible a través de todos sus sentidos. La
mayoría de las personas al crecer pierden esa capacidad de disfrutar de las pequeñas
cosas que nos topamos día a día y aunque sea por unos pocos minutos........ser
felices.
A mí me pasa que cuando comparto con niños mi
comportamiento cambia, trato de absorber todo lo bonito de estar en su compañía
y disfruto al máximo cada instante. Ser un niño es de lo más gratificante, lo
único que tienen que hacer es sonreír y ser feliz, su mayor preocupación es
hacer la tarea del cole y estudiar para los exámenes. En su mundo no existe el
paro, ni facturas por pagar, ni enfermedades, ni corazones rotos. Claro que no
se puede vivir eternamente apartado de las preocupaciones y las responsabilidades,
por esta razón crecemos y dejamos a un lado al niño que llevamos dentro. Pero yo he decidido que siempre llevare a mi niña conmigo y que no la dejaré de lado, porque así me siento especial y hago que mi mundo lo sea, una vez alguien me dijo "ERES LA SIMBIOSIS PERFECTA ENTRE NIÑA Y MUJER" esas palabras me llenaron de esperanza y me hicieron darme cuenta que está bien ser como soy, puede que a algunos les moleste, pero mientras yo me sienta bien, eso es lo que me importa.
Siempre he pensado que hay dos tipos de personas
en el mundo, los que disfrutan de las pequeñas cosas, como ver una puesta de
sol al atardecer, echarse en la arena y contemplar la inmensidad del mar hasta
el horizonte donde se unen los dos azules, del cielo y del mar, sentir las partículas
de arena entre los dedos de los pies, ir caminando por la calle mirar al cielo
y detenerse ante la hermosura de una luna llena. Luego están las otras
personas, las que pasan por la vida sin percibir estas cosas, sin que les saque
una sonrisa un arcoíris, o le palpite el corazón a mil revoluciones por minuto
al ver pasar una estrella fugaz. Hay momentos únicos en la vida, que son
irrepetibles, ya sea por la compañía, por el lugar ó por la situación que
experimentas. Sea por lo que sea hay que aprovecharlos, porque como dije antes
son ÚNICOS, lo más probable es que no vuelvan a pasar, así que aprovéchalos....
Vuelve a ser un niño otra vez, y abre tus ojos de par en par, deja que tu
corazón palpite a mil revoluciones, que tus manos toquen aquello que este a su
alcance, en fin, VIVE y disfruta de las pequeñas cosas, esas que nos hacen FELICES en cuestión de segundos.
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